Deidad…
Es dócil tu bizarría
Adelantas el vertiginoso coletazo
De la yubarta y el rorcual
Ensimismada en tus caracoles de humo
Porte de acantilados carcomidos
Sibilante reguero de cantinelas de marinos
quebrantados
Esperando tu arrogante penuria
Atando en soga corta
Mordiendo el metal, espero.
Llegas me encueras, me muestras, me exhibes
Ha llegado la hora, quieres más
Mordiscos entre las nalgas, marfil resquebrajando mi
piel
Asfixia en el císneo cuello
Las muñecas arrebatadas por el envite de tu
exaltación
Lágrimas negras recorren mi deidad
Entre tus tacones altos me pierdo en el juego de tu
liviandad
He perdido tu mirada tras los oscuros espejos
Me devuelven azogue esmerilado
Siento el nylon quebrando mis pliegues, rasurados
labios
La bífida señora me trastoca
Me absorbe, me quema, sabe del rincón ardiente
Me descabalga, ya no siente mi montura,
He caído derrengada, diluida
Derramada, rijosa resbalada, orgullosa, campante…
Te puedo dejar descansar deidad mía, en el
algodonado adarve
No más visitas, solos tú y
yo… y nuestros fetiches…
No más visitas, solos tú y
yo… y nuestros fetiches…
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