Esclava soy de tu son.
Agradecida
de tus dedos
Grito
una melodía sibilante
Brumas
levantan la mañana, esconden tu partida
Ocultan
la desazón de tu rostro
Veneno
que corroe el oxidado esqueleto
Graznando
el cuervo nacáreo, en tu hombro
Él te
lleva, él sí
Arroyuelos
oigo, existen pues oigo
Mi venda
sempiterna, la hora de la mañana
Un
rastro queda en tu ausencia, tu lugar cálido
Restregó
mi cuerpo desnudo sobre el lecho
Saboreo
los últimos rastros de tu silueta
Tu
calor, impregnado en el satén
No puedo
mas que odiar la mañana
Ese duro
instante, ese despertar de roces perpetuos
Noto tus
cerdas prietas y rígidas al unísono
Mías,
arpa mía, te dices, mía te entregas en la tarde
Mas, la
mañana antes que el sol despunte, la bruma
De nuevo
escurre tu huida…
…Espero la Tarde…Nuestra tarde…
esa tarde que nos cobije como dos amantes
ResponderEliminarY cada cerda de su cuerpo
ResponderEliminarquedará atrapada en el vaivén
de su melodía
soy tuy@, pues de nada soy sin ti...
Bsts Paqui, gracias.eres un gozo.