Extraña
Eternidad…
Como una línea
en el horizonte
Se traza
paralela al cenit
Se yergue cada
envite de tu tiempo
Quebrando mi
lento devenir
Sibilino escozor
en mis sienes rendidas
Me flagelo, y
me disipo, me dilapido
Y nada parece
romper el periplo
Escrito sobre
la roca, sobre la fuerza
Sustento de la
linealidad vertida sobre senos
Remiendos de manos
zurcidoras
Gránulos,
ruidos en el lienzo rompen la nitidez
De la pátina
raída, apenas rugoso desazón.
Níveas hojas
se aposentan en mis asideros
Más tiernas
que la nieve ungida dama
Y esparzo dentelladas
al siroco que brama
Pastizal donde
revolvernos sin miramientos
Apedreando el
agua, dibujando sinusoidales
Fervientes notas
de arpegio disoluto
Acompasado de
parterres bien asistidos
Verbo,
palabra, atisbo de azahar y romero
Mieles de
aposentos impregnados de cuero
Valedores centinelas
de la parca dirimen aceros
La vida pasa,
sin aplausos, dejándose llevar
Sin aperos, ni
pausas, se diluyen los colores
Los pinceles
se mesan, se besan, se curvan
Y nada escapa
al jolgorio que tu risa me reporta
Así me creces,
así me vences, así soy, ascuas
Tras el fértil
ramalazo de tu estela, nada sin ella.
No viertas
afeites en tu cama, sin ofrecerme
O cegaré las
cuencas de mis ojos, con almizcle
Preñado de
cicuta, ornamentos de reclusión
Titilando en
la noche oscura a tu falta, me siento
Ronronea cerca
de mis lóbulos y déjame,
Déjame ser el
fervor en tu susurro descreído
Apenas un
instante, sea mi último silencio
En el meandro
de las flores, pétalos sean tus párpados
Antes que la
aurora disuelva de un lametazo la noche.
©Santiago
Pablo Romero.Sensualidad.